MARI ÁNGELES SOLÍS
MARI
ÁNGELES SOLÍS
Mari Ángeles Solís del Río. Nacida en Jaén. En el año 2003 consiguió el VI Premio
Provincial de Poesía “Federico Mayor”, por su libro Raíces. Ha publicado poemas
en la revista Claustro Poético.
Participación en la Antología “de las sogas
de la felicidad, del amor, por ejemplo: para no vencernos nunca", con el
escrito “La Encrucijada", antología dirigida por Antonino Nieto Rodríguez
de la editorial Lastura.
Participación en la Antología “Un tiempo fuera
del Tiempo", con el escrito “Llegó para poseernos”, antología coordinada
por Antonino Nieto Rodríguez y Ramón G. del Pomar, de la editorial Ocho y
Medio, Libros de Cine.
PARTICIPACIONES DE MARÍA ANGELES SOLÍS DEL RIO
EN
LIBROS DE J. NICOLÁS FERRANDO
“In
Memorian”, artículo en la obra Todo por Madrid Biografía Autorizada de Antonio
Miguel Carmona (2017), en la que
participan Luis Alberto de Cuenca y Carmelo Encinas.
“La
huella imborrable del Viejo Profesor”, artículo en la obra Arganzuela: Atocha,
Delicias, Legazpi (2018).
“Poema
a Tierno” que cierra la obra Tierno Galván, el mejor alcalde de Madrid (2019),
en la que participan Juan Barranco, Luis Antonio de Villena, Virgilio Zapatero,
Joaquín Leguina, Antonio Miguel Carmona y José Manuel Franco, entre otros.
“Poema
a Pedro Zerolo” que se encuentra en la obra Zerolo (2020), en la que participan
José Luis Rodríguez Zapatero, Juan Fernando López Aguilar, el Padre Ángel y
Mónica Silvana González, entre otros.
Colaboraciones
en la revista cultural La Mar de Onuba, cuyo director es Perico Echevarría.
Colabora
con el grupo literario de Jaén “Oliversando".
TE DI
MI ALMA…
No me
pidas más de lo que puedo darte...
Apenas
un recuerdo
que
rompe mis entrañas.
Venas
resecas de espanto,
el
frío que corta de madrugada.
Me
perdí en tus calles y no quiero regresar,
porque
el pasado en mi garganta se calla,
ilumina
el deseo que está por llegar
y el
silencio que dejó marcada mi alma.
Mírame
de frente, aunque te muerda el miedo,
soy
tu prisionera que te odia y ama,
acaso
solo quiero dormirme en tus brazos
y
dormir eternamente donde las heridas arañan.
No me
pidas más de lo que puedo darte...
No me
pidas más... ya te di mi alma...
Y
aunque mi cuerpo no sea de nadie
solo
se despierta si tus manos me llaman.
MUERTE
SILENCIADA
El
tiempo dejó su impronta
en
las piedras calladas,
y el
silbido del viento
acarició
las tumbas vacías,
inundadas
de espanto
por
ese olvido impuesto.
Morir
no es morir,
morir
es ser olvidados.
Y
esas tumbas que ya no visitamos
guardan
los huesos
de
nuestros antepasados.
Años
y años, mirando hacia el vacío
al
que fueron condenados.
Los
mausoleos, entristecidos,
recitan
oraciones
por
los niños que nunca lloraron.
Las
tumbas en tierra
abrazan
cada resquicio de amor
que
floreció antaño.
Cruces
inclinadas,
losas
resquebrajadas,
nombres
borrados…
es el
dolor callado
de
nuestro camposanto.
Mari Ángeles Solís
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