FEDERICO DE PALMA Y CAMACHO
FEDERICO
DE PALMA Y CAMACHO
Federico de Palma y Camacho, Bailén (Jaén) 1841- Jaén 1892
Considerado como uno de los discípulos de la escuela intelectual giennese del polígrafo
ubetense Manuel Muñoz Garnica.
Estudió
hasta el tercer curso de Teología en el Seminario Colegio de San Felipe Neri,
de Baeza. Abandonó sus estudios eclesiásticos y se licenció en Filosofía y
Letras por la universidad de Granada. Uno de los poetas más correctos y de más
profunda formación humanística. Catedrático de Historia en el Instituto
Provincial de Jaén, publicó un Compendio de Historia General para uso de sus
alumno.
Federico
de Palma se ocupó, con el catedrático D. José Moreno Castelló, de salvar el
Arco de San Lorenzo, contra las intenciones del Ayuntamiento de Jaén que quería
derribarlo. Palma y Moreno se salieron con la suya y, tras la memoria redactada
por Federico de Palma en 1877, se declaró Monumento Nacional con lo que
salieron frustrados los proyectos de demolición del Arco de San Lorenzo,
intentados por el ayuntamiento.
Escribió
el libro “Noticias del Santo Rostro de Nuestro Señor Jesucristo que se venera
en la Santa Iglesia Catedral de Jaén (1887).
Parece
ser que la primera poesía publicada por él, fue su colaboración en el Romancero
de Jaén con motivo de la visita de Isabel II en 1862 a la ciudad.
Después
firmaría poemas en los “Obsequios Poéticos a la Virgen de la Capilla”
1860-1885. Así mismo publicó en la Revista Literaria, Cero, El Paraíso, El
Bético, Liceo de Granada, El Eco Granadino, El Libro de la Caridad y El
Periódico Ilustrado. Participó así mismo en el Álbum poético del prestigioso
diario El Industrial (1877-78).
Isabel
Dávalos
(Fragmento
del poema)
Tienen
sus ecos las horas;
tienen
una voz las tumbas
que
se levanta flotando
del
pasado entre las brumas.
En
vano la segur blande
el
viejo de faz adusta
y
envuelve en los rudos pliegues
de
sus negras vestiduras,
ese
canto misterioso
de
sencilla y dulce música
que
se eleva desde el suelo
de la
gloria á las alturas.
Sus
honrosas tradiciones
que
nuevas gentes ilustran
como
brillante tesoro
de
inapreciable hermosura,
trasmite
un pueblo á otro pueblo
escritas
con mano ruda
en la
espalda de los siglos
del
patrio amor con la pluma.
Y un
ángel junta los ecos
de
esta deliciosa música
y
Dios lo grava en el libro
de
las virtudes augustas.
Que
la virtud es de Dios
y, la
virtud, sola, es una.
¡Ojalá
mi pobre labio
bebiera
esa linfa pura,
para
cantar la nobleza
de
una heroína que ilustra
este
bendecido suelo
donde
se meció mi cuna!
Mas
no temas que mi voz
amengüe
tus glorias justas
que
aunque rueden sobre el mundo
miles
y miles centurias
siempre
será Isabel Dávalos
uno
de tus timbres, Úbeda.
Terso,
apacible, brillante,
corre
una fértil llanura
como
serpiente de plata
cuyas
escamas relumbran
reverberando
del sol
la
trasparente blancura,
el
Guadalquivir risueño
en
cuya margen fecunda,
se
levanta, cual velada
entre
un sudario de brumas,
Sevilla,
sultana hermosa,
cuyos
encantos auguran
que
ha nacido del amor
del
Betis y sus espumas.
Estréchanla
en fuerte abrazo
murallas
recias, seguras,
sobre
las cuales se elevan
de altas
torres las agujas,
que
infiltrándose en el aire
allá
en las nubes se ocultan.
Y
enmedio de ellas, luciendo
su
elegante arquitectura,
magestuosa
levántase,
del
regio alcázar la cúpula,
cuyos
calados encajes
el
sol, ávido, circunda,
como
ansiando penetrar
en
sus bóvedas ocultas
á
beber luz en los ojos
de
las hembras andaluzas.
Da el
Palacio digno albergue
á la
magestad augusta
de
Don Pedro de Castilla
que
el cetro real empuña…
Isabel
Dávalos (Fragmento)
Romancero
de Jaén (1862)
Federico
de Palma y Camacho
Otro poeta desconocido para mí. Gracias
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