EDUARDO SOLÍS Y REIG
EDUARDO
SOLÍS Y REIG
Eduardo
Solís y Reig (Martos, Jaén 1845-¿?) Periodista republicano protagonista en la
provincia de Jaén del llamado Sexenio Democrático o Revolucionario (1868-1874),
periodo en el que fue alcalde de su ciudad natal (Martos). Periodista, escritor
y POETA.
El texto
que reproducimos a continuación ha sido recogido de la Revista Don Lope de Sosa
publicada el 30 de Noviembre de 1913. En su encabezamiento encontramos esta
dedicatoria, que parece indicar que Eduardo Solís, había fallecido
recientemente, ya que el poema está firmado en el mes de septiembre.
“Apagada la luz de los ojos,
pero poderosa la luz de su inteligencia, el anciano periodista y gallardo poeta
D. Eduardo Solís y Reig, honra las columnas de Don Lope de Sosa con una hermosa
composición poética. Favor grande es para Don Lope esta joya de un maestro de
periodismo que tuvo y tiene siempre la más exquisita distinción, igual para la
hidalga cortesía que para el estilo pulcro y galano con que viste delicadísimos
pensamientos.”
Adios
al Estío
¡Adiós,
galano estío,
Huyeron
tus albores,
Tus
frondas rumorosas
Tu
cielo de zafir.
Purísimas
estrellas
Que
ornaron fulgorosas
El
manto de tus noches,
Dejaron
de lucir.
Ya,
ni el arroyo manso
El
valle serpentea
Llevando
la frescura
Del
beso matinal.
Ni la
callada brisa
La
pura gota orea
Que,
de las flores baña
El
cáliz virginal.
De
los amantes pechos
Los
trémulos latidos;
Tus
ecos solitarios
Ya no
musitarán
Ni en
la floresta umbrosa
Para
el placer perdidos,
Los
genios de la dicha
Sus
alas abrirán.
No
viste, no, el otoño
Tus
galas, tu hermosura;
Los
cierzos autumnales
Laceran
nuestro ser,
Las
flores que mecieron
Tu
cuna con ternura
Marchita
de sus ráfagas
El
tétrico poder.
¿Por
que plácido estío
Te
vas con tus auroras,
Y
robas al espacio
Su
ardiente claridad?
¿Por
qué dejas que invadan
Tus
sombras bienhechoras
Fantasmas
tormentosos
de
plúmbea opacidad?
Vendrá
el lánguido otoño
Con
su brumoso cielo,
Sus
detonantes nubes,
Su
indómito aquilón.
Vendrán
sus largas noches
Colmando
nuestro duelo,
Al
alma dando luto.
Congoja
al corazón.
¡Oh!
vuelve caro estío;
En tu
ardoroso aliento
La
vida se retrata
De
amante juventud.
Acoge
la plegaria
Que á
ti eleva mi acento.
Conforta
con mis rayos
Mi
triste senectud.
Y
pues que solo en sueños
Veré
ya las sonrisas
Que
brindan tus crepúsculos
Teñidos
de arrebol,
Embriáguenme
tus flores,
Haláguenme
tus brisas,
Refrésquenme
tus áuras.
Abráseme
tu sol.
¡Quien
sabe si mañana
La
calma de la tumba
En
ignorado suelo
Mi
cuerpo encontrará,
Sin
más flores queridas
Que
las que airado arrumba
Marchitas
y deshechas
Colérico
huracán!...
Eduardo Solís y Reig.
Nota
aclaratoria
(Los
textos están sujetos a la ortografía y gramática de la época y lo recojo tal y
como se publicaron)
Admiro tu labor de investigación . Un abrazo.
ResponderEliminarSiempre agradecido por tus comentarios y tu atención. Un abrazo
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